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sábado, 23 de junio de 2007

PADRES, QUE NO SEA UN SUFRIMIENTO.

¿HACER LA TAREA ES UN SUFRIMIENTO PARA TU HIJO Y PARA USTEDES?

*Si te preocupa que a tu hijo le cuesta trabajo concentrarse en la tarea, no sigues las reglas y olvida o pierde constantemente sus cosas, lo siguiente te interesa y sera de mucha utilidad para ustedes.

Los olvidos constantes, la falta de atención, la aparente rebeldía o la inquietud permanente, pueden ser algunos de los indicadores del Trastorno por Déficit de Atención o TDA.

El TDA es una condición médica bien definida, muy común en México y en el mundo, tanto, que en un salón de clases con 20 niños, es muy probable que uno o dos tengan TDA.

Los niños con TDA viven como si trataran de ver la televisión cuando alguien cambia constantemente el canal: Las imágenes, sonidos y pensamientos pasan desordenadamente, sin que ellos puedan retener la información.

LOS PRINCIPALES SÍNTOMAS DEL TDA SON:

* INATENCIÓN:
le cuesta trabajo concentrarse, no presta atención a los detalles, se le olvidan las cosas y no hace caso a instrucciones, se distrae con facilidad y brinca de actividad a actividad.

* HIPERACTIVIDAD:
no puede estar quieto, se mueve y se levanta de su asiento constantemente, corre y salta en forma excesiva, parece que tiene motor y habla en exceso.

* IMPULSIVIDAD:
parece que actúa sin pensar, no espera turno e interrumpe constantemente, es impaciente y se expone a riesgos.

Es muy importante saber que el TDA no se manifiesta de igual manera en todos los niños, algunos sólo presentan falta de atención, otros son hiperactivos e impulsivos, y otros incluso pueden presentar las tres características.

Hoy gracias a los avances de la medicina, el TDA es totalmente controlable, siempre y cuando sea diagnosticado y tratado a tiempo por un médico especialista.

Si crees que tu hijo tiene estos síntomas con mayor frecuencia que otros niños de su edad, además están afectando su funcionamiento social y académico, es hora de acudir al médico.

Son una pareja y deben acudir juntos, los hijos son de los dos.

domingo, 10 de junio de 2007

NO TE METAS EN MI VIDA.

Hoy que están profundizando los estudios teológicos en la
Familia; sus valores, sus principios, sus riquezas, sus conflictos,
recordaba una ocasión en que escuché a un joven gritar le a su
Padre:

¡¡¡NO TE METAS EN MI VIDA!!!

Ésta frase caló hondamente en mí, tanto que frecuentemente la
recuerdo y es tan comentado en las conferencias con padres e hijos. Si en
vez de sacerdote, hubiese optado por ser padre de familia, ¿qué
respondería a esa pregunta tan inquisitiva de mi hijo? Esta podría
ser mi respuesta:

¡¡HIJO, ESPERA, NO SOY YO EL QUE ME METIÓ EN TU VIDA, TU ERES EL
QUE SE HA METIDO EN LA MÍA!!

Hace muchos años, gracias a Dios, y por el amor que tú mamá y yo
nos tenemos, llegaste a nuestras vidas, ocupaste todo nuestro
tiempo. Aún antes de nacer, mamá se sentía mal, no podía comer,
todo lo que comía lo devolvía, y tenía que guardar reposo.

Yo tuve que repartirme entre las tareas de mi trabajo y las de la
casa para ayudarla. Los últimos meses, antes de que llegaras a
casa, mamá no dormía y no me dejaba dormir. Los gastos aumentaron
increíblemente, tanto que gran parte de lo nuestro se gastaba en
ti. En un buen médico que atendiera a mamá y la ayudara a llevar un
embarazo saludable, en medicamentos, en la maternidad, en comprarte
todo un guardarropa, mamá no veía algo de bebé, que no lo quisiera
para ti, una cuna, un moisés, todo lo que se pudiera, con tal de
que tú estuvieras y tuvieras lo mejor posible.

¿NO TE METAS EN MI VIDA?

Llegó el día en que naciste: Hay que comprar algo para darles de
recuerdo a los visitantes que te vinieran a conocer, (DIJO MAMÁ),
hay que adaptar un cuarto para el bebé. Desde la primera noche no
dormimos. Cada tres horas como si fueras una alarma de reloj nos
despertabas para que te diéramos de comer, otras te sentías mal y
llorabas y llorabas, sin que nosotros supiéramos que hacer, pues no
sabíamos qué te sucedía y hasta llorábamos contigo.

¿NO TE METAS EN MI VIDA?

Empezaste a caminar, yo no sé cuando he tenido que estar más detrás de "ti", si cuando empezaste a caminar o cuando creíste que ya
sabías. Ya no podía sentarme tranquilo a leer el periódico o a ver
el partido de mi equipo favorito, porque para cuando acordaba, te
perdías de mi vista y tenía que salir tras de ti para evitar que te lastimaras.

¿NO TE METAS EN MI VIDA?

Todavía recuerdo el primer día de clases, cuando tuve que llamar al
trabajo y decir que no podría ir, ya que tú en la puerta del
colegio no querías soltarme y entrar, llorabas y me pedías que no
me fuera, tuve, que entrar contigo a la escuela, que pedirle a la
maestra que me dejara estar a tu lado, un rato, ese día en el salón
para que fueras tomando confianza. A las pocas semanas no sólo ya
no me pedías que no me fuera, hasta te olvidabas de despedirte
cuando bajabas del auto corriendo para encontrarte con tus
amiguitos.

¿NO TE METAS EN MI VIDA?

Seguiste creciendo, ya no querías que te lleváramos a tus reuniones, nos pedías
que una calle antes te dejáramos y pasáramos por ti una calle después, por que ya eres "cool", no querías llegar temprano a casa, te molestabas si te marcábamos reglas, no podíamos hacer comentarios acerca de tus amigos, sin que te tornaras en
contra nuestra, como si los conocieras a ellos, tus compañeros, de
toda la vida y nosotros fuéramos unos perfectos "desconocidos" para ti.

¿NO TE METAS EN MI VIDA?

Cada vez sé menos de ti por ti mismo, sé mas por lo que oigo de los
demás ya casi no quieres hablar conmigo, dices que nada más me la
paso regañándote, y que todo lo que hago está mal, ¿es razón para
que te burles de mi? Con mis defectos te he podido dar lo que hasta
ahora tienes. Mamá se la pasa en vela y de pasada no me deja dormir
diciéndome: "no ha llegado y es de madrugada", que tu teléfono está
desconectado, que ya son las 3:00 y no llegas. Hasta que por fin
podemos dormir cuando acabas de llegar.

¿NO TE METAS EN MI VIDA?

Ya casi no hablamos, no me cuentas tus cosas, te aburre hablar con
tus padres que no entienden el mundo de hoy. Ahora sólo me buscas
cuando hay que pagar algo o necesitas dinero para la universidad, o
salir; o peor aún, te busco yo, cuando tengo algo por que llamarte
la atención...

NO TE METAS EN MI VIDA?

Pero estoy seguro que ante estas palabras.

"NO TE METAS EN MI VIDA", podemos responder juntos.

¡¡¡¡HIJO, YO NO ME METO EN TU VIDA, TU TE HAS METIDO EN LA MÍA, Y
TE ASEGURO, QUE DESDE EL PRIMER DÍA, HASTA EL DÍA DE HOY, NO ME
ARREPIENTO QUE TE HAYAS METIDO EN ELLA Y LA HAYAS CAMBIADO PARA
SIEMPRE!!!!

¡¡¡MIENTRAS ESTÉ VIVO, ME METERÉ EN TU VIDA, ASÍ COMO TÚ TE METISTE
EN LA MÍA, PARA AYUDARTE, PARA FORMARTE, PARA AMARTE Y PARA HACER
DE TI UN HOMBRE DE BIEN!!!

¡¡¡ SÓLO LOS PADRES QUE SABEN METERSE EN LA VIDA DE SUS HIJOS
LOGRAN HACER DE ÉSTOS, HOMBRES Y MUJERES QUE TRIUNFEN EN LA VIDA Y
SEAN CAPACES DE AMAR!!!

PAPÁS: ¡¡ MUCHAS GRACIAS!! Por meterse en la vida de sus hijos,
¡ahhh más bien --corrijo! - ¡¡¡por haber dejado que sus hijos se
metan en sus vidas!!!

Y para ustedes hijos : VALOREN A SUS PADRES, NO SON PERFECTOS, PERO
LOS AMAN, Y LO ÚNICO QUE DESEAN ES QUE USTEDES SEAN CAPACES DE
SALIR ADELANTE EN LA VIDA Y TRIUNFAR COMO HOMBRES DE BIEN....!!!!!

La vida da muchas vueltas, y en menos de lo que ustedes se imaginen
alguien te dirá... " ¡¡¡NO TE METAS EN MI VIDA!!! " ¡¡La paternidad
no es un capricho o un accidente, es un don de Dios, que nace del
Amor!!

jueves, 7 de junio de 2007

¿Ser padres o ser pareja?

Es fácil para los padres actuales ser absorbidos por las vidas de sus hijos. Desde el primer minuto que llegan a casa, desde que les ponemos sus primeros pañales, y desde que les damos su primera mamadera, comenzamos a dar lo mejor de nosotros para satisfacer las necesidades y demandas de nuestros hijos.

Si bien es nuestra obligación ser padres atentos y comprometidos, es cierto que muchas veces nos olvidamos de nuestra relación de pareja, y si esto ocurre, no habrá amor o devoción por los niños capaz de salvarla.

Desde luego, no es fácil mantener un equilibrio saludable entre pensar en nosotros como pareja y como padres. ¿Cómo hacer para conseguir ese balance adecuado y sentir que estamos haciendo un buen trabajo como padres sin perder de vista a esa persona con quien alguna vez decidiste formar una familia?

Hazte tiempo

Más allá de la cantidad de chicos, de las demandas, y de la satisfacción que obtengamos de ellos, siempre debemos hacer tiempo para nuestra pareja. No siempre es fácil, pero es bueno no perder tiempo pensando si merecemos o no darnos ese tiempo como pareja. Lo merecemos. Lo necesitamos. Y punto.

Supongamos el siguiente escenario. Una noche de viernes, en verano, y has estado con los chicos toda la semana. Estás cansada y tus reservas de energías están vacías. Los chicos tienen una competencia de natación y te encuentras con tu pareja en el club para ver la carrera.

Cuando él llega de la oficina, intercambian miradas y se dicen con los ojos que necesitan un tiempo para ambos. Al final de la competencia, llevan a los chicos a comer algo a un restaurante de comidas rápidas —algo que no hacen todos los días— y luego van para casa.

Una vez que los chicos se han bañado, se han puesto los pijamas y han ido a la cama, se encaminan hacia la puerta y parten, dejando a los chicos mayores como niñeros. No hay necesidad de deliberar acerca del estado de los chicos —están seguros y bien cuidados por sus hermanos mayores—.

Ambos saben de la importancia de esta noche, de la relevancia de tener un tiempo para ustedes. Esa noche, tuvieron una cena a la luz de las velas en un restaurante de categoría y después de fueron a caminar de la mano por la zona del nuevo puerto.

El mejor regalo que puedes darles a tus hijos es tener una hermosa relación amorosa con tu esposo. Cuando los chicos ven a sus padres guardar tiempo para sí mismos, entienden el compromiso existente entre ambos y aprecian la buena relación que tienen.

Asimismo, con sólo observar, comprenden que sus padres se aman. En torno a este amor de los padres, los niños se sienten seguros, lo que les permite crecer sin preocupaciones y, en consecuencia, más sanos.

Por otra parte, cuando los chicos siempre son puestos en primer lugar o cuando experimentan rencor, agresiones constantes, violencia verbal, o falta de confianza entre sus padres, entonces verán cuestionadas las bases mismas de sus cimientos. Tal falta de seguridad desencadenará caos e inseguridad interiores —dos obstáculos para crecer saludables en autoestima y confianza—.

Muestra tu amor

Por el bien de ustedes y de sus chicos, es importante poner energía, primariamente, en la relación amorosa. Muestra tu amor por él delante de tus hijos. Asimismo, tómate tu tiempo para estar a solas con tu marido. Tus chicos no podrían tener un regalo más bonito que saber que sus padres se aman y respetan, y disfrutan enormemente de la compañía mutua.

Esto también significa que debes guardar algo de atención para tu marido al final del día. Cuando él llega a casa por las noches, ten la cena en la mesa con un lindo mantel, y ofrécele un vaso grande de agua con limón y, de tanto en tanto, un delicioso aperitivo.

Algo bueno que puedes hacer es salir a la puerta a esperarlo, y mirarlo impaciente mientras desciende del auto. Dale un buen beso y un abrazo cuando llegue a ti. Cuando él arribe a casa, y no te vea esperándolo en la puerta, se verá invadido por un estado de ansiedad positiva.

Tómate un tiempo para reconectarte

Incluso cuando te sientas desfallecer al final del día, podrás recobrar energías al reconectarte con tu marido. Mirarse a los ojos por un instante y regalarse una sonrisa podrá ser suficiente para que ambos se sientan mejor.

Considera estas formas de reconectarte con tu pareja:

· Planifica una noche para dos. Esto implica dejar para ambos un día del calendario, contratar una babysitter, y hacer una reservación si es necesario.

· Envía a los chicos a lo de sus abuelos, a lo de unos amigos, o a lo de sus primos. Así, podrán tener una noche de dos en casa.

· Habla con tus chicos acerca de la importancia de que sus padres pasen tiempo a solas. Explícales que esto no quiere decir que ellos sean menos importantes, sino que para que la familia esté bien, es necesario que los padres tengan una relación buena y sólida.

· Contrata una babysitter para llevar a los chicos a dar una vuelta o a ver una película al cine, y quédate en casa con tu marido —¡qué lindo es estar solos!—. Cenen sin interrupciones. Tu pareja es un oasis y una fuente de fuerza, así que procura darle la importancia que se merece.





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